No es lo mismo circular que transitar…

Estando en la calle, un día un niño padece de miedo a que lo muerda un caballo. El primer indicio de su malestar dice relación con el sueño donde revela haber pensado que su madre ya no estará junto a él y que por tal razón ya no tendrá quien le haga mimitos. La angustia- tal como la indica Freud- es angustia de castración. Pero es necesario señalar que la angustia no surge porque ya no tenga quien le haga mimitos, sino que surge al comprobar que con su falta, Juanito, le hace falta a su madre: La angustia es por faltarle al Otro.

Se recordará que al momento de la conformación del yo- visto desde el estadio del espejo- la Gestalt que se produce viene desde el Otro. Es una gestalt, una conformación imaginaria que requiere esa mirada del Otro, esa devuelta lenguajera del Otro.

De tal modo que si el niño falta al Otro, no sólo le falta a ese imaginario gestáltico, sino que, lo más importante, el niño deja de ocupar el lugar de eso que en definitiva cubría la falta del Otro, y entonces aparece la angustia.

Con la ilustración entregada por el Fort Da, se pudo observar que el juego en su conjunto permitía al sujeto generar una satisfacción relacionada con la emergencia y comprobación del campo simbólico en que está él y están los otros, así como también la satisfacción que le generaba su propia desaparición del campo del Otro. Situación que no es ajena al campo de la angustia, pero que a pesar de esto el sujeto repite compulsivamente (Wiederholungszwang).

Gracias a ésta desaparición, el sujeto puede salir por un instante de la trama narcisista que lo captura en la imagen; en definitiva es por ésta causa que el sujeto repite su desaparición del campo del Otro, una y otra vez de diferente manera.

Si Juanito en última instancia se ve obligado a mirar a los caballos es porque mediante éstos se deja caer de ese lugar de apéndice indispensable, no sin antes angustiarse por eso.

Una frase rescatada por Lacan que introduce este tema dice así: los caballos surgen de la angustia pero lo que traen es miedo.[1]

La cadena significante marca un circuito y como consecuencia de él se estructura un circuito particular del espacio, por donde pretende transitar, lo que marca ese espacio de desplazamiento son los objetos fobígenos, como las figuras de intermedio, ¿intermedio de qué?

A partir de los caballos el mundo se le parece puntuado por toda una serie de umbrales peligrosos: puntos de alarma.

La fobia instala el mito de un pasaje, instaura un nuevo orden del interior y del exterior, una serie de umbrales que se ponen a estructurar el mundo, fuera de la madre.

Juega el papel de una reja de arado, con la función de refundir nuevamente lo real, lo que permite leer la huella del sujeto en un lugar distinto al ocupado en la relación fálica con la madre, construyendo un espacio de desplazamiento.

Se desprende que el propósito de la fobia dice relación con la castración y más específicamente con la repetición de la castración: Juanito busca la castración antes de temerla.

Entonces, es posible pensar que la fobia viene en el lugar del Otro, en el lugar del tercero. Para Lacan de lo que se trata en la fobia de Juanito es de encontrar una suplencia a ese padre que se obstina en no querer castrar; propone que el niño se debió enfrentar a un circuito suplementario.

El espacio de Juanito aparece puntuado, constituyendo límites que configuran su ubicación en el espacio y van determinando una topografía privada, muy privada. Lacan subraya que “paralelo al circuito del caballo corre el circuito de los ferrocarriles y define la fobia como estando marcada bajo el signo de los medios de transporte”[2] o de desplazamiento. Al final del seminario 4, dedicado al caso Juanito, incluye un Mapa de Viena de Principios del Siglo XIX, con la intención de subrayar la relación entre la fobia y el espacio.

viena 2¡La primera tópica del Aparato Psíquico de Freud no se escapa de esto! (su propio circuito Vienés lo demuestra).

Véase Plano de Viena: Recorrido de Freud y Primera Tópica de Aparato Psíquico[3].

Este circuito marca el recorrido de Freud por las calles de Viena. Lo interesante  es que la construcción de su teoría, el dibujo del primer aparato psíquico, esta marcado por la configuración de ésta ciudad, por éste recorrido freudiano: la parte que él denomina ‘superyo’ era donde estaba ubicada la Iglesia, el Parlamento, el Poder  Municipal y la Universidad de Viena, en tanto la ‘percepción’ es la entrada a la ciudad de Viena, el ‘yo’ esta donde se encontraba la antigua Viena amurallada,  actual centro de la ciudad de Viena.

Escrito por: Karin Cruz T.

[1] Freud, S. Caso Juanito. Obras Completas.  Editorial Biblioteca Nueva. página 1384.

[2] Lacan, J. Seminario 4, pág. 282.

[3] Baños Orellana, Jorge. Seminario “Arquitectura y Psicoanálisis” UNAB, Chile 2002.

Nota: De Jorge Baños Orellana, sugiero la lectura de su obra “La novela de Lacan”  Editorial El Cuenco de plata, 2013 y de Raúl Yafar “La fobia en la enseñanza de Lacan”, Editorial Letra Viva, 2004.