Sobre el documental Shepard & Dark¹
Sam Shepard, hurgando en su propio lenguaje, recita su propia carta:
John:
Ayer, Jessica y Yo conducimos por el interior de Duluth. No puedo describir el sentimiento que tuve caminando lado a lado con ella, bajando por esas calles, conociendo . Ésta era su ciudad natal . Jessica era una niña en éste lugar, describiendo los edificios y los lugares donde creció. Aquí estaba yo con ella, realmente cómplices, después de toda esa agonía por los meses que estuvimos separados. Por dentro, mi mundo continúa cambiando siempre. Extraño a la familia y a Jesse y a O-Lan y a todos ustedes. A veces una terrible tristeza se apodera completamente de mí. El asunto es…
Y se detiene. Y un café entre medias de esa carta y las cajas apiladas acogiendo toda la correspondencia frente a la puerta de la casa de su amigo Johnny Dark lo salvan del llanto y el sentimentalismo. Es verdad que a Johnny le duele no estar en casa. Es verdad que regresa a ella sin avisarle a Sam. A hurtadillas deja atrás al frío y la nostalgia. La amistad como solución de la derrota bajo sus propios términos:
Aquí están todas estas cartas de regreso. Me di cuenta que he llegado al final de esta obsesión y del largo proceso por ser de ella libre. Ya no me interesa estudiar minuciosamente el pasado, reelaborando el pasado, haciendo el ridículo en el pasado, rememorando sobre el pasado o revisándolo. Necesito sacudirme de mis propias cosas y dejar ésto atrás. Tal vez sean algunos territorios emocionales por los que voy a atravesar lo que me ha llevado a ésto. De la misma manera que lo fue dejar a Jessica. Pero en cualquier caso, toda esta fase de cosas está acabada y terminada para mí. Por lo que a mí concierne, puedes continuar de la forma que tú quieras. Puedes rescribir todas mis cartas y por supuesto todas tus cartas. Puedes organizar las cosas de cualquier forma que tú quieras, en cualquier orden, con o sin fecha. Puedes ayudarte de diálogos adicionales de tu archivo o nuestras conversaciones. No me importa. Tienes mi bendición. Tómalo, Johnny, y buena suerte. Sam.
Y Sam Shepard y Johnny Dark dejan de verse por un año. Quizá más quizá menos. Da igual. Explotarán. Y mucho después explotará la amistad. La fecha incierta y el coche de un apagado color blanco de Johnny, que parece y no esta a la espera de ser pintado, lo llevan a cerrar a lo Bob Dylan el documental y a jugar en el desierto:
Querido Sam:
Tengo tu carta. Y sí, el mismo rompecabezas sobre el destino que nos aconteció. El de estar primero en una vida y de repente estar en otra. Es duro casi no vernos, hablarnos o escribirnos. Creo que alcanzamos una especie de franqueza de la comunicación entre nosotros cuando estábamos drogados o borrachos. Lo que cada vez es más extraño igualar. Yo también siempre esperé , después de que te fuiste , al tiempo en que nos conocimos. Volver a caer dentro de esos grandiosos lugares. Un día seremos capaces de encontrarnos en algún lugar neutral y deambular en los alrededores y sumergirnos entre las cosas de la forma que solíamos hacerlo. Porque mis sentimientos por ti, mi admiración y amor, permanecen intactos, a pesar de las limitaciones del tiempo y la situación. Por lo que, sin importar cuánto tiempo pase, no permitiré que perdamos el contacto. Tu amigo Johnny.
1.- Las cartas aquí citadas, recitadas en el documental Shepard & Dark del 2012, han sido traducidas por Jota.
Columna: Otros Ritmos