Venedikt Eroféiev nació en 1938 en el norte de Rusia, cerca del mar Blanco. Fue el menor de seis hermanos. Vivió una infancia difícil, marcada por el hambre, la guerra y la realidad política del país: su padre, un obrero ferroviario, fue detenido, acusado de propaganda antisoviética, y su madre debió hacerse cargo de la familia. Los testimonios de sus hermanas son desgarradores: se alimentaban a base de cáscaras de papas, estudiaban todos los hermanos con un solo libro. Esto desarrolló en Venedikt una memoria impresionante: sus amigos se sorprenderían, más adelante, de su capacidad de recordar datos y poesías. Escribiría de memoria cuadernos con antologías de poesía rusa, compendios de historia rusa y universal, de geografía, etc., para su hijo.
Estudiante ejemplar, viajó a Moscú para estudiar filología en la Universidad Estatal. Fue expulsado de esa universidad y de tres institutos más. En el instituto pedagógico de Vladímir fue acusado de tener una Biblia en la mesita de luz. Comenzó un período de más de quince años errando por toda Rusia, sin documentos, realizando los trabajos más variados y llenando cuadernos y anotadores que perdía.
A los 17 años había empezado a escribir sus Apuntes de un psicópata, que se publicaría recién en 2000. En 1970 escribió, en un cuaderno, su obra más conocida, la novela Moscú-Petushkí, que él llamó “poema” y se publicó por primera vez en Jerusalén. Son las vivencias escritas en primera persona, con el mismo nombre del autor, de un borracho que toma un tren suburbano para visitar a su hijo en Petushkí, localidad a 100 km. de Moscú que se hizo famosa gracias a esta novela. La obra circuló en samizdat, así se llamó en Rusia un circuito de circulación no oficial, clandestina, de la literatura durante el período soviético. Las obras que circulaban en samizdat lo hacían en copias mecanografiadas, muchas veces directamente en manuscritos. Su amigo Ígor Ávdiev cuenta que Eroféiev, en el desván de su casa de Petushkí, conservaba una enorme cantidad de obras prohibidas copiadas de su puño y letra.
Moscú-Petushkí no es solo el recorrido delirante de un borracho: es un hombre solitario que en ciento cincuenta páginas revela lo más recóndito de su alma, la incomprensión humana, la dificultad del amor y el valor del amor paternal. Es también un viaje por la literatura rusa, a través de innumerables citas y referencias, y por la Biblia, cuyas alusiones aparecen en cada párrafo. La novela, que fue leída casi exclusivamente como la épica de un borracho, encierra tantos misterios que es muy difícil acceder a su sentido oculto. Pero trata de forma desgarradora las inquietudes del alma humana. En Rusia, fue publicada por entregas en la revista Sobriedad y Cultura (1988 y 1989), con pasajes censurados. La primera edición en libro, de 1990, fue de 450 mil ejemplares. Hoy, la novela lleva muchas reediciones y fue traducida a más de treinta idiomas.
De vida errante, siempre indocumentado (en la URSS no tener documentos era prácticamente ser un criminal) y al borde de la indigencia, Eroféiev logró cierta estabilidad desde que fue cobijado por Galina Nosova, su segunda esposa (“lo encontré tirado en la basura, literalmente, y lo llevé a casa” declara en una entrevista), y desde que comenzaron a representarse sus obras dramáticas, en especial La noche de Walpurgis. En 1985 le fue detectado un cáncer de garganta, enfermedad de la que murió el 11 de mayo de 1990. Su esposa Galina se suicidó tres años después.
El texto que presentamos, “Mi pequeña lenipedia”, es una muestra de la pasión de Eroféiev por los documentos. El poeta Evgueni Evtushenko, representante lírico del régimen comunista, corroboró la exactitud de las citas recopiladas en este trabajo por Eroféiev y llegó a la conclusión de que son todas auténticas.
Fulvio Franchi
Venedikt Eroféiev
Mi pequeña lenipedia
Traductor: Fulvio Franchi
Para comenzar – dos epígrafes de damas completamente decentes:
De Nadiezhda Krúpskaia a María Ilínichna Uliánova:
“Cómo lamento no ser un hombre, andaría de joda diez veces más” (1899).
Inessa Armand (1907):
“Me querían enviar 100 kilómetros más al norte, a la aldea de Koyda. Pero en primer lugar, allá no hay políticos, y en segundo lugar, dicen que toda la aldea está infestada de sífilis, y eso no me hace gracia”.
Además, acto seguido se pueden incluir otros dos epígrafes de damas, pero esta vez no completamente decentes:
Galina Serebriákova sobre las noches de Karl Marx y Jenny von Westphalen:
“Rodeado de sus cuidados, Jenny escribía pacientemente al dictado de Karl. Y Karl, con la confianza de un hijo, le entregaba sus pensamientos. Eran momentos felices, de una unidad completa. Ocurría a veces que trabajaban juntos hasta el amanecer. Solo que la gente que vivía del otro lado de la pared se quejaba de que en casa de ellos por las noches “no se detenían las conversaciones y el crujido de las plumas que se quebraban” (de la colección Vida de Personas Notables):
De Inessa Armand a Clara Tsetkin:
“Hoy yo misma lavé mi pechera y mis cuellos. Ustedes me amonestarán por mi frivolidad, pero las lavanderas lo arruinan todo, y tengo unos encajes tan hermosos que no quisiera verlos despedazados. Yo lavé todo eso hoy por la mañana, y ahora tengo que plancharlos. Ah, mi dichosa amiga, estoy segura de que Usted nunca se ocupa de los quehaceres domésticos, y hasta sospecho que Usted ni siquiera sabe planchar. Dígame sinceramente, Clara, si Usted sabe planchar. Sea franca, y en su próxima carta confiese que Usted no sabe planchar en absoluto”. (Enero de 1915).
Pero pasemos ya al asunto. Es decir, a los pasajes selectos de la correspondencia privada y laboral de Ilich desde el momento en que aprendió a escribir hasta el momento (1922) en que se olvidó de cómo hacerlo.
En 1895 todavía pasea por Tiergarten[1] y se baña en el Spree. Después de visitar Francia, informa: “París es una ciudad enorme, bastante diseminada”.
Pero ya en el 96 está instalado, por si acaso, en una cárcel de arresto preventivo en San Petersburgo:
“A los detenidos se les permiten las ocupaciones literarias. A propósito, me informé sobre el particular con el procurador. Y él me aseguró que no hay una limitación en la cantidad de libros permitidos”.
De allí le escribe a su hermanita:
“Ayer recibí provisiones de tu parte (…), mucha comida (…), de té, por ejemplo, yo podría iniciar un negocio, pero pienso que no lo permitirían, porque en la competencia con la tienda local la victoria sería, indudablemente, mía.
Aquí tengo todo lo necesario, incluso más de lo necesario. También aquí recibo mi agua mineral: me la traen de la farmacia el mismo día que la solicito”.
Solo un pedido:
“Sería bueno recibir la caja ovalada que está en el cajón de mi ropero, la que contiene el enema” (1896).
Y a continuación, está claro que desde Shúshenskoie[2]:
“En general, en Siberia es cada vez más difícil conseguir sirvientes, en verano es prácticamente imposible” (1897).
“Todavía en Krasnoiarsk, empecé a escribir una poesía:
En Shush, al pie de los Sayanes… pero lamentablemente no compuse nada después del primer verso”.
Su hermano menor, Dmitri Uliánov, también había caído en la cárcel, y estos son los consejos que le daba su hermano mayor desde Shúshenskoie.
“¿Y Mitia? Primero: ¿respeta una dieta en la cárcel? Quizás no. Para mí, eso es indispensable. Segundo: ¿Hace ejercicio? Probablemente, tampoco. También es indispensable. Por lo menos, según lo sé por mi propia experiencia, diré que con gran satisfacción y provecho hago ejercicio antes de dormir. Entras en calor. Puedo recomendarle unos ejercicios físicos bastante convenientes (aunque también ridículos) – 50 inclinaciones” (1898).
Y, además de eso, la espera de su novia Nadiezhda Konstantínovna y de su futura suegra Elizaveta Vasílievna. Finalmente llegan. Así es como él le comunica de su llegada a su madre:
“Encontré que Nadiezhda Konstantínovna se ve mal. De mí, Elizaveta Vasílievna dijo: “¡Cómo ha engordado!”; como ves, la respuesta no pudo haber sido mejor” (1898).
“Con Nadia empezamos a tomar baños”.
Y cuando terminó la temporada de baños: “ando en trineo con enorme dedicación y también la aficioné a Nadia” (1898).
Después de Shúshenskoie, Europa era una mierda.
“Son un pueblo estúpido, los checos y los alemanes” (Munich, 1900).
“Ya hace varios días que estamos plantados en esta maldita Ginebra. Un agujero repugnante, pero qué se puede hacer” (1908)
“París es un agujero horrible” (1910).
Sentencias brillantes al estilo de: “No encuentro nada gracioso en el coqueteo con la religión, por el contrario, encuentro mucho de detestable” (1909).
“Siempre vamos con Nadia a andar en bicicleta” (1909).
“Venía yo de Juvisy, y un automóvil chocó mi bicicleta (hice a tiempo a saltar de ella). La gente me ayudó a anotar la patente, me ofrecieron testigos. Reconocí al dueño del automóvil (un vizconde, que el diablo se lo lleve) y ahora le inicié un juicio por medio de un abogado. (…) Deseo ganarle” (París, 1910).
“El tiempo está tan bueno que deseo volver a agarrar la bicicleta, ya que gané el juicio pronto debo recibir un dinero del dueño del automóvil” (París, 1910). “No creo que haya guerra” (Cracovia, 1912). “En cuanto a la célula femenina, que escriba Nadiezhda Konstantínovna” (Cracovia, 1912).
Y los preciosos agregados en las cartas de Nadiezhda Konstantínovna:
“Recibimos el Año Nuevo juntos con Volodia[3], sentados junto a nuestros platos de yogur” (enero de 1914).
“Estamos por tomar una sirvienta, para que no haya más problema con los quehaceres de la casa y poder salir a dar largos paseos” (Cracovia, 1914).
“Hoy Volodia se fue en bicicleta demasiado lejos y se le pinchó una goma” (Cracovia, verano de 1914).
De su amigo Maxim Gorki, Ilich se acuerda constantemente:
“Gorki anda con los nervios de punta y está extenuado” (1910).
“Gorki siempre fue un hombre archiblando de carácter”.
O:
“¡Pobre de Gorki! ¡Qué pena que se haya deshonrado!”
Y un poco después:
“¡Y este Gorki! ¡Ay, un ternero!”
Sin embargo, la guerra comenzó. Huida de Cracovia. Y, “recluido” en la neutral Suiza, al camarada Shliápnikov:
“La consigna por la paz es una consigna pequeñoburguesa, de pope” (17 de octubre de 1914).
Y a su querida Inessa Armand:
“… “Incluso una relación fugaz y una pasión son más poéticas que los besos sin amor de una pareja vulgar”. Así escribe usted. Y así hay que escribirlo en el folleto.
“¿Es lógica la oposición? Los besos sin amor de una pareja vulgar son sucios. Estoy de acuerdo. A ellos hay que oponerles… ¿qué?… Parecería que besos con amor. Y usted le opone una “pasión” (¿por qué no amor?) “fugaz” (¿por qué fugaz?). Se concluye, por lógica, que a los besos sin amor (fugaces) se le oponen los besos sin amor de los esposos.
“Es raro. ¿No es mejor oponer el matrimonio burgués-intelectual-campesino sin amor al matrimonio proletario con amor?” (24 de enero de 1915).
Y también a ella:
“Aconsejo abandonar del todo la exigencia de un “amor libre”. Esto resulta realmente una exigencia no proletaria, sino burguesa. El problema está en que Usted está interpretando eso subjetivamente. El asunto pasa por la lógica objetiva de las relaciones de clase en los temas del amor” (17 de enero de 1915).
Y de nuevo a ella:
“Y si lo desea indefectiblemente, una relación = pasión puede ser sucia y puede ser pura” (24 de enero de 1915). “De nuevo lluvia. Espero que la cancillería celestial envíe toda el agua sobrante antes de su llegada, y que entonces haga buen tiempo” (4 de junio de 1915). “Aprieto tu mano fuerte, fuerte, querida amiga”.
Y la necesidad de publicar constantemente sus sucesivos folletos con sus sucesivas tesis. Dos años y pico después, siendo ya el líder del gobierno bolchevique, escribirá disposiciones como las siguientes: “Requisar 30.000 baldes de vino y alcohol en las bodegas. ¿No hay un documento del Comité de Guerra Revolucionario para que no se sirvan vino y alcohol, y se venda en Escandinavia EN EL ACTO? Escribirlo de inmediato” (9 de noviembre de 1917). Pero, mientras no era el líder, al camarada Karpinski:
“Querido camarada: estamos terriblemente preocupados por la ausencia de novedades y de correcciones (de mis folletos) de su parte. ¿Acaso el tipógrafo se ha emborrachado de nuevo?” (20 de febrero de 1915).
Al camarada Zinóviev:
“¿No recuerda el apellido de Koba[4]? Saludos, Uliánov”. (3 de agosto de 1915).
Al camarada Karpinski:
“Un enorme favor: hágame saber el apellido de Koba” (9 de noviembre de 1915).
Es todo. Revolución de Febrero en Rusia. Lenin:
“Nervios irritados, necesito doblemente galopar, galopar”.
“Tememos que no podamos salir rápidamente de la maldita Suiza”.
“Se necesita un vagón separado para los revolucionarios”.
“Puedo usar una peluca”.
“Sería bueno intentar pasar por Alemania, en un vagón hasta Copenhague”.
“¿Por qué no? Yo no puedo hacer eso. Pero Troianovski, Rubakin y K. pueden. ¡Oh, si yo pudiese enseñarle a ese canalla!” (Marzo de 1917).
A Inessa Armand:
“Usted dice que quizás los alemanes no nos den un vagón. Apostemos a que nos lo darán”.
“¿En Ginebra no había estúpidos para este objetivo?” (19 de marzo de 1917).
“¡El gobierno alemán defendió lealmente la extraterritorialidad de nuestro vagón! ¡Salud, Uliánov!” (14 de abril de 1917).
Las cartas de después de la salva, después del Aurora, no tenían nada de triunfales. Al contrario: “La República está en peligro”. Son indispensables nuevas medidas. Por ejemplo:
“Hay que prohibirle a Antónov que se haga llamar Antónov-Ovsenko. Debe hacerse llamar simplemente camarada Ovsenko” (14 de marzo de 1918).
“Los arrestos que deben ser realizados por indicación del camarada Peters son exclusivamente de una gran importancia y deben ser efectuados con gran energía”.
Al camarada Zinóviev en Petrogrado:
“Camarada Zinóviev: Recién hoy nos enteramos en el Comité Central que en Píter los obreros quieren responder por el asesinato de Volodarski con terror masivo y que usted los apoye. ¡Protesto decididamente! Nos comprometemos: amenazamos con el terror masivo incluso en las resoluciones del Soviet de Diputados, y cuando llegue el momento, obstaculizamos la iniciativa revolucionaria de las masas, completamente correcta.
“¡Eso no es po-si-ble! ¡Hay que estimular la energía y la masividad del terror!” (26 de noviembre de 1918).
Al camarada Stalin, en Tsaritsin:
“Sea implacable contra los eseristas de izquierda y denuncie más frecuentemente”.
“En todas partes hay que aplastar despiadadamente a esos lamentables e histéricos aventureros” (7 de julio de 1918).
Al camarada Sokólnikov:
“Temo que usted se equivoque al no aplicar el rigor. Pero si está absolutamente convencido de que no hay fuerzas para una represión férrea y despiadada, hágamelo saber por vía telegráfica” (24 de septiembre de 1918).
Al comité ejecutivo de la gobernación de Penza:
“En indispensable producir un terror masivo implacable contra los kulaks, los popes y los guardias blancos. Encerrar a los indecisos en un campo de concentración fuera de la ciudad. Telegrafíeme las resoluciones” (9 de agosto de 1918).
Al camarada Fiódorov, presidente del comité ejecutivo de la gobernación de Nizhni Nóvgorod:
“Es claro que en Nizhni se está preparando una sublevación de la guardia blanca. Hay que redoblar todas las fuerzas, producir el terror masivo, fusilar y expulsar a un centenar de prostitutas, soldados borrachos, ex oficiales, etc. Sin demorarse un instante” (9 de agosto de 1918).
No queda del todo claro a quién había que matar. ¿A las prostitutas, a los soldados borrachos y a los ex oficiales? O bien a las prostitutas, a bien los soldados borrachos… pero, en todo caso, “sea ejemplarmente despiadado”.
Al camarada Shliápnikov, en Astraján:
“Presione con todas las fuerzas, para atrapar y fusilar a los concusionarios y especuladores de Astraján. A esa canalla hay que reprimirla así, para que lo recuerden por años” (12 de diciembre de 1918).
Telegrama a Sarátov, al camarada Paikes:
“Fusilar, sin interrogar a nadie y sin dar lugar a formalismos idiotas” (22 de agosto de 1918).
Al camarada Stalin, en Petrogrado:
“Toda la coyuntura de la ofensiva de la guardia blanca en Petrogrado lleva a admitir la existencia en nuestra retaguardia, y quizás en el propio frente, de una traición organizada. Solo eso permite explicar el ataque de Iudénich con unas fuerzas relativamente insignificantes, su avance intempestivo.
“Pedido de prestar reforzada atención a esta circunstancia, de tomar medidas sumarísimas para descubrir el complot” (27 de mayo de 1919).
Al camarada Zinóviev:
“¡Usted me apuñaló!” (7 de agosto de 1919).
A la sección de combustible del Soviet de Diputados de Moscú:
“Queridos camaradas. Se puede y se debe movilizar a toda la población de Moscú, sin excepción, y que acarreen la cantidad suficiente de leña desde el bosque (los varones adultos, diremos, por metro cúbico).
“Si no se toman medidas heroicas, yo, personalmente, voy a realizar en el Soviet de Defensa y en el Comité Central, no solo los arrestos de todos los responsables sino también sus fusilamientos. La ociosidad y la negligencia son intolerables.
Un saludo comunista, Lenin” (18 de junio de 1920).
Al Presídium del Consejo de Trabajadores de Moscú y diputados del Ejército Rojo:
“Queridos camaradas. Es necesario decir con toda sinceridad que su disposición es políticamente tan analfabeta y tan estúpida que da náuseas. Así actúan solo las señoritas caprichosas y los estúpidos intelectuales rusos.
“Discúlpeme por expresar francamente mi opinión y reciba un saludo comunista de alguien que espera que a ustedes los escarmienten por su ociosidad con la cárcel” (12 de octubre de 1918).
A Gleb Krzhizhanovski:
“Movilizar sin excepción a ingenieros, electricistas, todos los egresados de la facultad de físico-matemáticas, etc. Obligación: no menos de dos lecciones por semana. Instruir a no menos de 10 (50) personas en electricidad. Al que cumple – un premio. Al que no cumple – la cárcel” (diciembre de 1920).
Al camarada Chicherin:
“Que Stalin hable sin rodeos con la delegación turcomena”.
Recibe una denuncia a unos médicos que dictaminaron que unos soldados rojos estaban heridos cuando todavía “estaban en plena condiciones para el combate”:
“… organizar vigilancia secreta y seguimiento por el comportamiento de estos médicos para desenmascararlos, reunir testimonios y documentos y después realizar la acusación” (20 de noviembre de 1918).
En respuesta a la queja de M. F. Andréiev en relación con los arrestos de intelectuales:
“No se puede dejar de arrestar, para prever conspiraciones, a todo este público próximo al cadetismo. Es una acción delictiva no arrestarlos. Es mejor que decenas y centenares de intelectuales estén a la sombra días y semanas. ¡Se lo juro que es mejor!” (18 de septiembre de 1919).
Sobre lo mismo, a Maxim Gorki:
“Korolenko es prácticamente un menchevique. Un lamentable pequeñoburgués, cautivado por los prejuicios burgueses. No, a semejantes “talentos” es mejor meterlos en la cárcel”. “Las fuerzas intelectuales de los trabajadores y campesinos crecen y se fortalecen en la lucha por el derrocamiento de la burguesía y sus acólitos, los intelectuales, lacayos del capital, que se creen el cerebro de la nación. En realidad no son el cerebro, sino la mierda” (15 de septiembre de 1919).
Al camarada Krestianski:
“El folleto fue impreso en un papel demasiado lujoso. Para mí, por ese gasto en papel lujoso y medios tipográficos hay que juzgar, despedir y arrestar a quien corresponda” (2 de septiembre de 1920).
“¿La redactó una persona sin inteligencia o un saboteador?”
Al camarada Stalin, en Járkov:
“Amenace con el fusilamiento a este cerdo que dirige las comunicaciones y no sabe ni lograr una completa puntualidad en la comunicación telefónica conmigo” (16 de febrero de 1920).
Al camarada Kámenev:
“Para mí es necesaria una circular secreta contra los calumniadores que lanzan acusaciones difamatorias bajo la forma de “crítica”” (5 de marzo de 1921).
Instituto Smolny, a Zinóviev:
“El conocido fisiólogo Pávlov solicitó partir al extranjero. Permitirle a Pávlov partir al extranjero sería poco razonable, ya que anteriormente ha expresado, en ese sentido, que siendo un hombre franco, no podría, en caso de que surjan las conversaciones correspondientes, dejar de pronunciarse contra el poder soviético y el comunismo en Rusia.
“En vista de esto sería deseable, en forma de excepción, ofrecerle una norma alimentaria extraordinaria” (25 de junio de 1920).
A Kámenev y Stalin:
“El peligro de que no podamos entendernos con los campesinos siberianos es muy grande y muy grave, e indudablemente el camarada Chupkáiev es débil, a pesar de todas sus buenas cualidades no tiene el menor conocimiento en asuntos militares” (9 de marzo de 1921).
A Schmidt, Trotski, Tsuriup, Shliápnikov, Ríkov, Tomski:
“Les solicito que organicen una reunión de los comisariados del pueblo sobre el saneamiento de las fábricas e industrias mediante la reducción de la cantidad de comedores” (2 de abril de 1921).
Al Soviet del Trabajo y la Defensa:
“Agitar la guarnición militar de Moscú, reduciendo la cantidad y aumentando la calidad”.
Al camarada Briujánov:
“Comenzar ahora mismo la campaña de arrestos implacables por negligencia (…) El comisariado del pueblo de provisiones debe instalar, por provincias y distritos, a funcionarios responsables para saber a quién meter preso” (25 de mayo de 1921).
Al camarada Preobrazhenski:
“Que él es un reaccionario, lo admito con gusto. Pero hay que dejarlo en evidencia de otro modo. Déjalo en evidencia en un caso puntual, en su conducta, en sus declaraciones. Entonces lo encerraremos.
“Hay que elaborar los recursos de caza de los especialistas y sus castigos” (19 de abril de 1921).
A su muy querido V. Mólotov:
“Propongo despedir a Abramovich de inmediato. Pedir explicaciones a Fiodorovski, de por qué decidió emplear en el servicio a Abramovich. Castigar ejemplarmente por eso a Fiodorovski” (10 de junio de 1921).
Y bromitas:
“Camarada Tsuriup. ¿No enviará a curarse a Alemania a Elena Fiódorovna Razmirovich? Krilenko está muy preocupado por su dolencia. Aquí es difícil que se cure, pero los alemanes la enmendarán. Para mí, hay que arrestarla y enviarla a un sanatorio en Alemania en un viaje por etapas. ¡Salud! Lenin” (7 de abril de 1921).
Y sin bromear:
“Si después de su publicación un libro soviético no aparece en la biblioteca, usted (y yo) sabremos, con total seguridad, a quién hay que encarcelar” (al camarada Litkens, 17 de mayo de 1921).
Al camarada Gorbúnov:
“Porque hay una serie de disposiciones del STO (Soviet de Trabajo y Defensa) sobre la urgencia del Hidrotorf[5]. Claramente se han olvidado. ¡Es un escándalo! Hay que encontrar a los culpables y juzgarlos” (10 de febrero de 1922).
Al camarada Kámeniev:
“¿Por qué esto se ha detenido? [Se refiere a la publicación de su obra, las “Tesis sobre el comercio exterior”] ¡Les di un plazo de 2 a 3 días! Por Dios, encarcele a alguien por ese papeleo… Suyo, Lenin” (11 de febrero de 1922).
“Nuestras casas son asquerosamente sucias. (…) Hay que señalar a los responsables de forma 10 veces más exacta y completa y encarcelarlos irremisiblemente” (8 de agosto de 1921).
“Desde el Centro de Publicaciones exija el rápido envío del Mandato del STO, de otro modo lo meteré preso”.
“Llame a Belenki y dígale que estoy furioso”.
A Briujánov y Potiáiev:
“Si vuelven a discutir, los despediré a los dos y los meteré presos” (agosto de 1921).
“¡Formalizaron el pedido de turbinas acuáticas lentamente! ¡En algunas cosas tenemos terribles desperfectos! ¡Es el colmo del desorden y de la desvergüenza! Sin falta encuentren a los culpables para que puedan meter presos a esos canallas” (13 de septiembre de 1921).
“Si en Bakú todavía encuentran rastros (aunque sean pequeños) de miradas perjudiciales y de prejuicios (entre los trabajadores y los intelectuales) escriban en seguida si se pondrán ustedes mismos a romper esos prejuicios y a lograr la lealtad o si necesitan ayuda” (2 de abril de 1921).
“O bien un tonto, o bien un malvado saboteador pudo dejar pasar este libro. Solicito que investiguen y me hagan llamar a todos los responsables por la redacción y por la publicación de este libro” (7 de agosto de 1921).
Sobre Prokopovich y Kuskova:
“Mañana les daremos a los periódicos la directiva de comenzar de cien maneras y con todas sus fuerzas a ridiculizarlos y estragarlos más de una vez por semana durante dos meses”.
Al comisariado popular de correos y telégrafos:
“Les solicito que presten seria atención al desperfecto de mi teléfono de la aldea Gorki.
“Las personas que enviaron están enmarañando todo, están instalando no sé para qué unos aparatos particulares. O son unos tontos o son unos saboteadores muy hábiles”.
Pobre profesor Tijvinski, director de los laboratorios de Petrogrado del Comité Principal del Petróleo. Una sola frase de Ilich fue suficiente: “Tijvinski no fue arrestado de casualidad: la química y la contrarrevolución no se excluyen entre sí” (septiembre de 1921). Fue fusilado en 1921.
En la Dirección General de la industria del carbón:
“Se tienen algunas dudas sobre la racionalidad en el empleo de las máquinas cortadoras de carbón. El efecto de producción que espera del empleo de las máquinas cortadoras de carbón el camarada Piátakov está claramente exagerado. Con el pico es mejor y más barato” (agosto de 1921).
A la comisión de Kiseliov:
“Estoy definitivamente en contra de todo gasto de papa para producir alcohol. El alcohol puede y debe hacerse de turba. Hay que desarrollar la producción de alcohol de turba” (11 de septiembre de 1921).
Esto nos recuerda la nota oficial del 26 de agosto de 1919:
“Comuniquen al instituto de tecnología alimentaria que dentro de tres meses deben presentar datos puntuales y completos sobre los éxitos prácticos de la elaboración de azúcar de aserrín”.
Está bien. Imagino cómo se le estiraba la jeta, en el comisariado del pueblo de instrucción, a Anatoli Lunacharski cuando recibía de la divinidad despachos del siguiente tipo:
“Aconsejo meter a todos los teatros en un féretro” (26 de agosto de 1921).
O telegramas:
“¿Qué cuestiones considera usted más importantes, y cuáles más urgentes? Le pido una respuesta breve” (8 de abril de 1921).
Para el Politburó del CC del PCR(b):
“Me enteré por Kámenev que el Consejo de Comisarios del Pueblo consideró unánimemente como inadecuado la proposición de Lunacharski sobre la conservación de la Gran Ópera y Ballet” (12 de enero de 1922).
Mayor enojo le producen el poeta Maiakovski y el comisariado popular de justicia.
Al camarada Bogdánov:
“Todavía no sabemos juzgar oralmente por el asqueroso tejemaneje burocrático, por esto hay que colgar especialmente al comisariado popular de justicia de una cuerda maloliente. Yo aún no he perdido las esperanzas de que a todos nosotros, alguna vez, nos cuelguen merecidamente por esto” (23 de diciembre de 1921).
Al camarada Sokólnikov:
“¿No duerme con nosotros el comisariado popular de justicia? Hace falta una serie de procesos ejemplares con la aplicación de los castigos más crueles. El CPJ parece que no entiende que la nueva política económica exige nuevos medios, una nueva crueldad en los castigos. Un saludo comunista. Lenin” (11 de febrero de 1922).
Comienza el destierro de los profesores.
A Kámenev y Stalin:
“Echar de la Universidad Técnica Estatal de Moscú de 20 a 40 profesores. Nos están tomando el pelo” (21 de febrero de 1922).
A F. E. Dzerzhinski:
“Sobre la cuestión del exilio al extranjero de escritores y profesores. Esto hay que prepararlo cuidadosamente. Obligar a los miembros del Politburó a dedicar 2 o 3 horas por semana a la revisión de una serie de publicaciones y libros. Reunir informes sistemáticos de la antigüedad política, trabajo y actividad literaria de profesores y escritores. Entréguenlos a alguna persona sensata, instruida y escrupulosa del GPU.
“No todos los colaboradores de Nóvaia Rossía son candidatos al exilio en el extranjero. Otra cosa es la revista de San Petersburgo Ekonomist. Esta, para mí, es un evidente centro de guardiablanquismo. En el N° 3 salió impresa en la cubierta la lista de colaboradores. Todos ellos son evidentes contrarrevolucionarios, cómplices de la Entente, de su organización de espías, servidores, corruptores de la juventud que estudia. Hay que arreglar el asunto de modo de atrapar a estos saboteadores, de hacerlo regularmente y enviarlos sistemáticamente al extranjero.
“Les pido que esto lo muestren secretamente, sin difundirlo, a los miembros del Politburó, con devolución. Para ustedes y para mí” (19 de mayo de 1922).
Y al camarada Krzhizhanovski, a quien le fueron encomendadas entre 10 y 50 personas para enseñarles electricidad y reventó de cansancio, también quiso enviarlo a Europa:
“Pido encomendar al comisariado del pueblo de asuntos interiores que solicite una visa para el ingreso a Alemania de Gleb Maximiliánovich Krzhizhanovski y su esposa Zinaída Pávlovna Krzhizhanóvskaia.
“Se trata de la cura de una hernia.
“Un saludo comunista. Lenin” (25 de abril de 1922).
El camarada Ioffe fue obligado a tratarse en Europa de su enfermedad neurológica; así es como se resume:
Al camarada Ioffe:
“En primer lugar, usted se equivoca al repetir (más de una vez) que el CC – soy yo. Esto solo puede escribirse en un estado de gran excitación nerviosa y agotamiento.
“¿A qué ponerse tan nervioso, como para escribir en una frase completamente imposible, completamente imposible, que yo soy el CC? Es agotamiento. Descanse seriamente. Analice si no sería mejor en el extranjero. Hay que descansar completamente” (17 de marzo de 1921).
Y acto seguido, a G. M. Krzhizhanovski:
“Debo meterle mi libro por las narices, pues no hay ni puede haber otro plan serio” (5 de abril de 1921).
Y el camarada Chicherin no solicitó un tratamiento de cura en absoluto, pero lo recibió: el camarada Chicherin representó a nuestro gobierno en la conferencia de Ginebra con las recomendaciones de Lenin publicadas hacía poco tiempo:
“Hay que concebir la nota por el aplazamiento de la conferencia de Ginebra con el tono más desvergonzado y vejatorio, de modo que en Ginebra sientan una cachetada. Una impresión verdadera puede producirse solo de una manera sumamente desvergonzada. (…) No se puede dejar escapar la ocasión” (25 de febrero de 1922).
A Mólotov:
“Acabo de recibir dos cartas de Chicherin. Me pregunta si en la conferencia de Ginebra, a cambio de una conveniente compensación (ayuda alimentaria, etc.) no se puede acordar algunos pequeños cambios en nuestra Constitución, en especial la representación de otros partidos en los Soviets. Hacer esto en beneficio de los norteamericanos.
“Esta proposición de Chicherin muestra, para mí, que hay que curarlo, enviarlo inmediatamente a un sanatorio” (23 de enero de 1922).
Y un día después, al mismo Mólotov:
“Esta y la siguiente carta de Chicherin demuestran que está enfermo, gravemente enfermo. Seremos unos tontos si no lo enviamos inmediatamente y por la fuerza a un sanatorio” (24 de enero de 1922).
Y como conclusión, dos acordes bajos. El primero provoca lágrimas. El segundo – también.
Al camarada Unszlicht:
“La transparencia de los tribunales revolucionarios (ya) no es indispensable. Tiene usted que reforzar su composición con gente suya, refuerce todo tipo de relación con la VChK[6], refuerce la rapidez y la fuerza de sus acciones represivas. Hable con Stalin, muéstrele esta carta” (31 de enero de 1922).
Al camarada Kámenev:
“¿Puede usted ordenar que pongan unas flores en la tumba de Inessa Armand[7]?” (24 de junio de 1921).
Moscú, 5-6 de febrero de 1988.
Los editores del texto en ruso adjuntan la lista de referencias a las obras de V. I. Uliánov (Lenin) utilizadas en el texto.
Los editores advierten que en algunos casos el autor se permite citar libremente, sin alterar el sentido general, el estilo y la orientación de las obras de V. I. Uliánov (Lenin).
Nota del Traductor: Sobre el título. En la URSS, la palabra leniniana, que hemos traducido como “lenipedia”, designaba el conjunto de las obras literarias y artísticas dedicadas a Lenin. Lunacharski señaló que la Lenipedia “representaba la imagen de una figura histórica de escala universal, que en su persona representaba todo el encanto de una época admirable”. En literatura, por ejemplo, se destacan los poemas de Vladímir Maiakovski, como “Vladímir Ilich Lenin”, “A nuestra juventud”, “La Juventud Comunista”. En cine, las películas de Mijaíl Romm “Vladímir Ilich Lenin” y “Lenin en octubre”, y de Dziga Vértov “Tres canciones sobre Lenin”. Además, durante todo el período comunista Lenin fue representado innumerables veces en esculturas, pinturas, estampillas y hasta hubo terrones de azúcar con la forma de un busto con su imagen.
Columna: Otros Ritmos/Traducción
[1] Localidad que quedaba cerca de Berlín, hoy integrada al ejido urbano de la ciudad. Literalmente significa “jardín de animales”.
[2] Ciudad de Siberia donde fue enviado Lénin en 1897 y donde permaneció desterrado tres años.
[3] Diminutivo de Vladímir.
[4] Uno de los sobrenombres de Stalin.
[5] Mecanismo para la extracción hidráulica de turba.
[6] Siglas en ruso de Comisión Extraordinaria Panrusa de lucha contra la contrarrevolución y el sabotaje, creada en 1917, que fue el primer nombre de la policía política soviética. Posteriormente se llamó ChK, OGPU, GPU, NKVD, KGB, etc.
[7] Había muerto el 24 de septiembre de 1920 de cólera en el Cáucaso.