Escrito por: Henri Meschonnic
Traducido por: Hugo Savino
Una comerciante, en Belle-Isle, nos contaba. Muchos bretones, soldados durante la guerra del 14-18 no sabían francés. Algunos heridos en un hospital de campaña se quejaban y decían da-guer, da-guer. Que en bretón significa «a casa, a casa». Un oficial superior que pasaba por ahí dijo : «Miren a esos valientes soldados, están heridos, y quieren volver a la guerra.»
El contrasentido horrible, la incomprensión constitutiva de la anécdota presenta como una alegoría la no-relación, el no-contacto entre un lenguaje que se vuelve silencio hasta tal punto es no-oído, y el ruido del mundo, del mundo en guerra, que ya solo puede oírse a sí mismo, y cree reconocerse en el otro proyectándose sobre él hasta aniquilarlo.
La guerra en el lenguaje es esa guerra.