Escrito por: Henri Meschonnic
Traducido por: Hugo Savino
Émile Poulat : […] Toda traducción siempre provocará críticas; solo hay traducción imperfecta o traducción imposible.
Henri Meschonnic : No estoy de acuerdo. Hay traducciones magníficas, y no sé por qué se enseña la traducción desde principios tales como el de programar malas traducciones. Entonces se repiten los clisés, las traducciones envejecen; no es cierto. Los grandes textos envejecen y las grandes traducciones envejecen. Son las malas las que no envejecen, porque mueren. La traducción de San Jerónimo es una traducción maravillosa; la prueba es que Claudel la seguía leyendo. Así como la Biblia Septuaginta es una obra maestra. Por mi parte, creo que hay que pensar, en el caso de la Biblia, en originales segundos : es el caso de la King James Bible, de la Biblia de Lutero. Y desde este punto de vista, desde el punto de vista de un original segundo que es una noción muy compleja, no basta con decir que han tenido muy bellas biblias porque eran países protestantes. El criterio cultural no basta, puesto que hay también un elemento poético muy fuerte en la King James. Así que estoy obligado a comprobar, y allí estoy totalmente de acuerdo con Claudel, que la Biblia nunca fue traducida al francés. Si tomo esta acepción absoluta del verbo «traducir» que identifica el valor a la definición, al sentido donde digo «eso es un poema» o «eso es una traducción», incluyo el valor en la definición de la palabra; es lo que la estética analítica llama un empleo evaluativo. Mientras que un empleo neutro me obliga a agregar un adjetivo : es una bella traducción, es una mala traducción. Pero si digo «eso es una traducción», todos entienden que es muy bella. No se retraduce Les Mille et Une Nuits de Antoine Galland. Por consiguiente eso vive como una obra.
Por consiguiente, hay traducciones que son obras y otras que no son nada. Porque una obra que inventa su lenguaje, es el caso de la King James Bible, la Biblia de Lutero, por ejemplo, y bien eso dura como una obra, porque es una obra. O un pequeño poema de Goethe, que tradujo Lermontov, es una pequeña obra maestra y está en las obras de Lermontov. Hay obras maestras de la traducción, y no se las retraduce; es una comodidad, es decir, una pereza pensar y repetir que la traducción es imposible, etc. No, es la manera en la que se enseña a traducir lo que produce la mala traducción. El borramiento, la fidelidad, ¿fidelidad a qué? fidelidad a los signos y no al texto.
(Intervención de Henri Meschonnic en Claudel, Le Poëte et la Bible)