Membracis mexicana

Otra vida a la altura de mis ojos, esta vez los colores de la Membracis mexicana adulta adelantan el cambio de guardia. Ocioso, resuelvo la funcionalidad del amarillo y negro a un mundo de pájaros. El asomo a la supervivencia, a la pálida blancura cortada con hilos negros de su ninfa que persiste.    

Centinelas más pulcros han distinguido otro germen. Para mí, la mancha de su origen sigue siendo un mito inmaculado. Lo que pierde al definirse. El costo de mi primitiva impaciencia o del inestable ritmo de mi jornada. 

A modo de epílogo mi tristeza y el raquítico, pero no acabado, árbol de guanábana al que varios insectos se abrazan. 

Juan Cortado: Éntomo sin logos